aqui voy a ir recopilando cosas que encuentro por ahi y q me parece que os puedan interesar
y mas cosas que se ma vayan ocurriendo
espero que os guste

jueves, 10 de junio de 2010

La otra cara de Jude Law


Jude Law es el típico actor que vuelve locas a las mujeres y, a pesar de ello, a los hombres les resulta simpático. Pero... ¿por qué? Sencillo: a ellas les gusta por sus papeles de seductor, sensible y encantador. A ti, porque en la gran pantalla ha sido todos los personajes que siempre quisiste ser: vividor, francotirador, un robot gigoló...

En los próximos meses se estrenará en España el debut hollywoodiense de Wong Kar-Wai, My Blueberry Nights; el thriller científico Repossession Mambo; y la muy imaginativa The Imaginarium of Doctor Parnassus. Y por si fuera poco, será posible verle en las tablas londinenses en las que empezó su carrera. Será en junio de 2009, y nada más y nada menos que en la dubitativa piel de Hamlet y bajo las órdenes de Kenneth Branagh. También le veremos –aunque habrá que esperar hasta el año 2010– en el esperado filme Sherlock Holmes y no, no interpretará al famoso detective – a quien dará vida Robert Downey Jr.–, sino a su incondicional amigo Watson. Law, que debe su nombre al tema de The Beatles Hey Jude, comenzó su carrera con obras de teatro que le valieron varias nominaciones. De hecho, de su época teatral surge una de sus amistades más duraderas: la que le une al escocés Ewan McGregor, que fue su compañero de piso. El teatro era la vida de ambos hasta que unos pequeños papeles en la tele primero y más tarde en el cine se interpusieron en el camino de Law. Y una mujer. Fue en 1994, cuando el actor consiguió su primer papel de envergadura, Shopping: de tiendas, y conoció a la que, por ahora, ha sido la única en llevarle al altar y con la que ha tenido a sus tres hijos: la actriz y diseñadora Sadie Frost.



Aprendiendo de los maestros
Convencido de que no hay papel pequeño, Law supo sacar provecho de cada instante en pantalla al lado de un actor consolidado para acercarse al gran público. Como muestra, sus papeles (todos en 1997) en Wilde como el amante que hundiría al escritor irlandés interpretado por Stephen Fry; en Medianoche en el jardín del bien y del mal como tentación de Kevin Spacey; o en Gattaca, en la que interpretaba al astronauta tetrapléjico que prestaba su identidad a Ethan Hawke en un futuro muy lejano. Hasta que, por fin, Anthony Minghella llamó a su puerta para pedirle que se tiñera de rubio y se preparara para ser un truhán, pero un señor, en la adaptación de la novela de Patricia Highsmith El talento de Mr. Ripley (1999). Luego, para que el mundo empezara a envidiarlo, rodó Enemigo a las puertas (2000), en la que no sólo era el mejor francotirador ruso durante la Segunda Guerra Mundial, sino que, además, se ligaba a la atractiva Rachel Weisz. A partir de ahí, al cielo: literalmente, por su papel en Sky Captain y el mundo del mañana (2004); y en sentido figurado, por trabajar con el mismísimo Steven Spielberg en Inteligencia Artificial (2001) y por compartir cartel con Tom Hanks y Paul Newman en Camino a la Perdición (2002), de Sam Mendes.

Dos veces candidato al Oscar
Pero el director talismán del londinense es el malogrado Anthony Minghella, con el que consiguió sus dos nominaciones a los Oscar. La primera, como actor secundario por El talento de Mr. Ripley, y por el suyo, claro; y la segunda, como protagonista de Cold Mountain (2003). Y todo eso gracias a su instinto y a un poco de disciplina: “La verdad es que no sigo ningún método en concreto, simplemente hago lo que el director considera que es lo mejor. Sigo lo que los directores prefieren”, confiesa. Law también ha repetido con la oscarizada Rachel Weisz en el reciente debut hollywoodiense de Wong Kar-Wai, My Blueberry Nights (que se estrenará en España en los próximos meses), donde, asimismo, podrás ver a la cantante Norah Jones. “Sentí que las reglas para una película no existían. Fuera, a la basura –dice sobre este trabajo–. Así que el sentimiento al rodar era de libertad absoluta. Sabes que todo lo que hagas va a ser auténtico y que va a quedar perfecto”.



El espejo de Michael Caine
Si el mundo real fuera como Austin Powers, y el Dr. Maligno fuese el magnífico Michael Caine, su miniyo sería, sin duda, Jude Law. Nadie como él sigue los pasos del maestro. No en vano, ha protagonizado dos remakes de la carrera de Caine, Alfie (2004) y La huella (2007), en la que, curiosamente, el propio Caine le da la réplica. Sin embargo, al principio de su carrera, cuando los críticos empezaron a reparar en su presencia, lo saludaban como un nuevo Alain Delon, quizás por ser el único actor europeo capaz de desplegar atractivo y talento en cada toma. En cuanto a estilo, no tiene nada que envidiar a estos mitos. Jude Law es un icono de moda gracias a su aspecto de desaliño estudiado. Ese toque cool convenció a Martin Scorsese, que lo eligió para que se metiera en la piel de Errol Flynn, el más famoso aventurero del cine de la Edad Dorada de Hollywood en El Aviador (2004). Y también le ha servido para convertirse en la imagen del perfume deportivo de Dior.

Cuando los focos se apagan
En 2007 fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y de Las Letras por el Gobierno francés y parte de esa distinción viene de sus actividades al margen del cine. Concienciado como su compañera en Sky Captain, Angelina Jolie, Law es un activista por la paz. Ambos rodaron en Afganistán el documental The day after peace, que promueve el fin del conflicto en la zona. Actor solidario y, además, hiperactivo, aprendió a tocar el saxofón para El talento de Mr. Ripley y colaboró –junto a su compañero de reparto Matt Damon– en la banda sonora del filme. Por la canción Tu vuo’ fa l’Americano que ambos interpretan con Fiorello fueron nominados a los MTV Movie Awards del año 2000 como Best Musical Performance, galardón que finalmente obtuvieron los creadores de South Park. También ha sido productor de varias de sus películas a través de Natural Nylon, una empresa que fundó con Sadie Frost, Johnny Lee Miller y Ewan McGregor entre otros, pero que, tras cinco años, terminó por disolverse. Y como guinda a su intensa biografía, un par de toques mundanos. Una, un pelín macabra: dicen que guarda las camisetas que sus personajes llevaban al morir en las películas Medianoche en el jardín del bien y del mal, Gattaca y El talento de Mr. Ripley. Y dos: es un hincha reconocido del equipo de fútbol que dirigía hasta hace muy poco el técnico español Juande Ramos, el Tottenham.

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